Cuanto más se consume, más enfermedades se contabilizan para el uso del cigarrillo electrónico. Una de ellas es la llamada lengua de vapeador.
33 personas murieron por esta enfermedad, que tiene como síntomas dolor en el pecho, falta de aliento y vómitos. También se han constatado 1479 casos vinculados a esta enfermedad en los últimos seis meses, Los más afectados han sido los jóvenes: casi el 80% de usuarios de cigarrillos electrónicos son menores de 35 años, y otro 15% tiene menos de 18 años.
Investigaciones indican que el aerosol emitido por los cigarrillos electrónicos contiene cuatro grupos de tóxicos y compuestos cancerígenos: carbonilos, compuestos orgánicos volátiles, nitrosaminas y metales pesados. Además hay evidencia documentada de que dicho aerosol provoca daños a los pulmones como ser neumonías y lesiones similares al enfisema –que causa EPOC -Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica-. Gracias a un nuevo estudio, se conocieron más riesgos de su consumo.
Durante un focus group de vapeo que se llevó a cabo entre adolescentes vapeadores del estado estadounidense de Colorado, se demostró que la mayoría había experimentado lo que se denomina la “lengua de vapeador”, una condición en la que el jugo del cigarrillo electrónico desensibiliza la lengua de los fumadores hasta que no pueden distinguir los sabores, advirtió The Wall Street Journal. Thomas Ylioja, autor de la investigación, es experto en cesación tabáquica del hospital National Jewish Health en Denver. La organización opera programas para dejar de fumar en varios estados, incluido un programa enfocado en los adolescentes llamado “My Life My Quit”.
En la investigación, dijo Ylioja, algunos adolescentes informaron que sus cigarrillos electrónicos funcionaban mal en gran medida y en vez de vaporizar líquido “escupían gotas en sus bocas”. Además, aseguraron haber perdido la habilidad de poder distinguir un sabor de otro, mientras otros informaron que se la nicotina en sus bocas hizo que vomitaran.
El cigarrillo electrónico provoca la muerte de numerosas células de la boca en tan sólo unos días, según una investigación. Expone los tejidos de la boca y de las vías respiratorias a los compuestos producidos por el calentamiento de la glicerina vegetal, del propilenglicol, de los olores y de la nicotina, aumentando el riesgo de infección, de inflamación, de periodoncia y hasta de cáncer.
El equipo del profesor Mahmoud Rouabhia, de la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Lava, llegó a esta conclusión después de exponer células del epitelio de las encías al humo de los cigarros electrónicos. El epitelio bucal es la primera línea de defensa del organismo contra el mundo exterior, sostiene el investigador. Su integridad protege contra las 500 especies de microorganismos que viven en nuestra boca. Para simular lo que se produce en la boca de una persona después de una sesión de vapeo, los investigadores colocaron células epiteliales en una pequeña cámara que contenía un poco de líquido para hacer las veces de la saliva.
El humo del cigarrillo electrónico fue introducido entonces en esta cámara con la ayuda de una bomba a razón de dos “inhalaciones” de 5 segundos por minuto, durante 15 minutos cada día. Las observaciones microscópicas constataron que el porcentaje de células muertas o agonizantes, que se sitúa en el 2% en los cultivos celulares no expuestos, pasó al 18%, al 40% y al 53% después, respectivamente, de 1, 2 y 3 días de exposición al humo del vapeo.
“La relación del consumo del cigarrillo electrónico con la pérdida de la detección de sabores, al igual que la del cigarrillo tradicional, se basa en la inhibición de la captación de las papilas gustativas. A los fumadores en general les cuesta sentirle el gusto a la comida y cuando se introducen en la cesación recuperan de a poco esta habilidad. Las sustancias químicas del cigarrillo electrónico se incorporan en el ADN de las células epiteliales, o de la mucosa, y la alteran”, explicó en diálogo con este medio Hernán Provera, médico cardiólogo y jefe de prevención cardiológica de INEBA.
En comparación con los síntomas relacionados con el vape, como tos crónica, dificultad para respirar y náuseas, la “lengua de vapeador” es un efecto secundario menos discutido, tal vez porque generalmente se resuelve por sí solo, según el doctor Erich Voigt, profesor clínico asociado en el Departamento de Otorrinolaringología en NYU Langone Health. La enfermedad “no es algo por lo que la gente acude al consultorio de un especialista porque es un síntoma más leve y se las arreglan solos”, indicó Voigt en una entrevista con Insider. Si alguien con “lengua de vapeador” se abstiene de vapear durante un par de semanas, su lengua recuperará la capacidad de saborear.
Dado que la lengua de vapeador puede ocurrir tanto en personas que usan nicotina como en THC, se cree que no es una de esas sustancias la que la causa. En cambio, es probable que los solventes utilizados en varios líquidos de los cigarrillos electrónicos, como el propilenglicol, etilenglicol y glicerina vegetal, sean los culpables. Estos solventes se usan para administrar las partículas de nicotina o THC en forma de aerosol para que los usuarios puedan inhalar las sustancias.
Según Voigt, cuando estos ingredientes se consumen con frecuencia, pueden cubrir la lengua de modo que se bloqueen los aromas que normalmente afectarían a las papilas gustativas. Estos químicos también pueden inflamar la cavidad nasal, advirtió el especialista. Cuando esto sucede, una persona puede no solo dejar de responder al sabor de su vaporizador, sino también a los sabores de la comida y la bebida.
Por el momento, no existen investigaciones sobre los efectos a largo plazo en la salud de esta condición. Sin embargo, la investigación demostró que vapear puede conducir a otras consecuencias a largo plazo para la salud bucal, como inflamación pulmonar y problemas gastrointestinales. Un estudio de noviembre de 2016 descubrió que después de solo unos minutos de inhalar los líquidos con sabor a tabaco y mentol, el tejido oral se inflamaba, lo que puede hacer que alguien sea más susceptible a enfermedades orales como la enfermedad de las encías o el cáncer oral.
“La vía aérea se puede inflamar como consecuencia de una agresión externa, ya sea el frío, el calor o la presencia de agentes corrosivos o irritantes. El vapor caliente de los cigarrillos electrónicos es solo un ejemplo de ello. Para poder analizar sus consecuencias, los médicos y cientificismos debemos poder estudiar su consumo durante años. La información todavía no está. Hasta ahora se demostró que el vapeo puede generar una inflamación a nivel pulmonar que es donde termina el trayecto del humo. Entonces, ¿por qué no va a poder generar algo a nivel de la vía aérea superior que es donde comienza?”, reflexionó Provera.
Lo que aporta esta nueva investigación es que el humo de los cigarrillos electrónicos altera el tejido epitelial de la boca, incrementando la muerte de las células que componen este tejido y aumentando el riesgo de contraer enfermedades que en el peor de los casos pueden llegar a convertirse en cáncer, aunque los efectos acumulativos de estos daños ahora van a ser estudiados.
“De esta manera, como está planteado y con las sustancias que implica, el cigarrillo electrónico va a tener que cambiar su composición. ¿Cuál es la severidad? Todavía no se sabe con certeza”, finalizó Ana Putruele, jefa de Neumonología del Hospital de Clínicas.
infobae.com