El consumo de anfetaminas genera euforia, aumenta la energía y provoca falsas sensaciones de lucidez y sociabilidad. Pero las alteraciones provocadas por su ingesta se mantienen en el cerebro hasta por 39 días, afectando a la memoria, el aprendizaje y la actividad motora.
Una investigación del Laboratorio de Neurociencia Celular de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla arrojó como resultado que los efectos del consumo de anfetaminas se mantienen a largo plazo, causando cambios en el hipocampo, lo que genera pérdida de las capacidades de memoria y aprendizaje. Los expertos indican que sus efectos dependen de factores como el tipo de anfetamina que se consuma o la edad de quien la tome. Lo que no varía es el tremendo daño que causa al cerebro, principalmente en la adolescencia, cuyo cerebro aún se encuentra en desarrollo.
El estudio indica que en el mundo unas 36 millones de personas consumen anfetaminas. Lo novedoso de la investigación es que los efectos no solo aparecen a corto plazo, sino que se mantienen hasta 39 días después de haber consumido, observándose muerte neuronal en el hipocampo –región del cerebro que regula aprendizaje, memoria, estímulos y emociones-.
Otra alteración importante provocada por esta droga es una falla en la comunicación entre las células neuronales, determinada por un desequilibrio de procesos y sustancias fundamentales para el correcto funcionamiento de las redes neuronales. Esto implica alteraciones en la estructura neuronal, afectando a la actividad motora, los procesos cognitivos, de memorización y aprendizaje.
En anteriores investigaciones se detectaron alteraciones permanentes por el uso de anfetaminas, con peores consecuencias para quienes consumen en edad adolescente y que combinan con otras sustancias como alcohol, el cual habilita en el cerebro vías de difusión de sustancias que de otra forma no circularían.