El consumo de alcohol y drogas está relacionado con la probabilidad de que una persona sufra una muerte violenta, según una investigación de la facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (Brasil), publicada en la revista ‘Injury’.
En concreto, los investigadores han hallado que el alcohol o el consumo de, al menos, un tipo de droga está relacionado con el 55 por ciento de las muertes violentas que han ocurrido en São Paulo entre junio de 2014 y diciembre de 2015, el período estudiado.
Para obtener los datos, el investigador epidemiológico postdoctoral Gabriel Andreuccetti ha usado un método de muestreo basado en la probabilidad con la ciudad como ‘target’ objetivo. “Hemos estudiado a víctimas heridas de manera fatal que han tenido una causa de muerte repentina, inesperada, violenta o no natural cogiendo muestras de sangre de servicios médicos forenses de São Paulo”, ha explicado el investigador.
Una ley brasileña indica que el cuerpo de cualquiera que muera como se ha indicado debe ser sometido a una autopsia. Aproximadamente 7.000 cuerpos que encajan con una muerte repentina, inesperada o violenta ocurren en la ciudad brasileña. Un 26 por ciento son homicidios, un 20 por ciento están relacionadas con el tráfico y un 12 por ciento son suicidios.
La muestra incluyó 365 cuerpos procedentes de morgues. Un 28,5 por ciento, lo que equivale a 104, murieron por un homicidio; un 15,3 por ciento o 56 personas por un accidente; un 12,1 por ciento, 44 personas, se suicidaron; murieron por una caída un 7,1 por ciento, 26 personas y por una intoxicación 5,8 por ciento del total, 21 personas. El resto, 114, murieron por otras causas, pero también de forma repentina y violenta.
“Gracias a algunas medidas implementadas por el gobierno a comienzos de esta década, la mortalidad por accidentes de tráfico en São Paulo ha caído considerablemente, y la mortalidad por homicidio ha disminuido desde la década anterior. Actualmente, la tasa de mortalidad por homicidio es más alta que la de la mortalidad por tráfico”, ha apuntado el investigador.
El alcohol, la más prevalente
Una vez establecida la muestra, Andreuccetti debía aclarar qué víctimas tenían alcohol o drogas en la sangre. La concentración de alcohol en la sangre se midió con una cromatografía de gases.
Por su parte, la presencia de drogas, en concreto anfetaminas, barbitúricos, benzodiacepinas, cannabis, cocaína, opioides como la metadona, la morfina o la heroina y la fenciclidina o polvo de ángel se detectaron mediante un ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas y se cuantificó gracias a una espectometría de masas.
Sumado al porcentaje del 55 por ciento de las personas que habían consumido alcohol o drogas antes de morir, un total de 202, la investigación también ha mostrado que el 63 por ciento sólo había consumido alcohol y el 92 por ciento sólo drogas, mientras que el 47 por ciento ambas sustancias. “Una de cada dos víctimas tenía alcohol o drogas en su sangre. Así que la mitad consumió alcohol o drogas, o ambas cosas, poco antes de morir”, ha señalado Andreuccetti.
El alcohol fue la sustancia más prevalente encontrada, seguida de la cocaína, el cannabis y las benzodiacepinas. Más específicamente, de las 202 víctimas que tenían alcohol o drogas en la sangre, el 30,1 por ciento había consumido alcohol, el 21,9 por ciento cocaína, el 14 por ciento cannabis y el 11,5 por ciento benzodiacepinas. El 16,2 por ciento consumieron alcohol y una de las drogas mencionadas.
“No esperábamos una prevalencia tan alta en la muestra. De cinco víctimas que consumieron drogas, cuatro consumieron cocaína o cannabis. Es preocupante”, ha reconocido el investigador.
Para las muertes relacionadas con accidentes de tráfico, el 42,9 por ciento de las víctimas había consumido alcohol y el 21,4 por ciento dos o más drogas. “La violencia interpersonal tiende a estar más influida por el consumo de drogas, mientras que los accidentes de tráfico más con el alcohol”, ha puntualizado Andreuccetti.
En referencia a los homicidios, el alcohol o las drogas se encontraron en el 59,6 por ciento de la sangre analizada, y el 16,3 por ciento contenían o alcohol o cocaína.
En el caso de los suicidios, el alcohol encontrado es menor que en otras categorías. Sólo el 9,1 por ciento de las muestras de las personas fallecidas por esta causa contenían alcohol. No obstante, las benzodiacepinas son la drogas más consumidas en este grupo, presentes en el 18,2 por ciento.
Hombres, jóvenes y blancos
El género masculino era mayoría entre las vícitimas que consumen alcohol y drogas, y una proporción significativa de ellos eran jóvenes. De hecho, nueve de cada diez de las 202 víctimas en cuestión eran hombres y, aproximadamente, uno de cada tres tenía menos de 30 años.
“Este es el grupo de edad con la mayor proporción de víctimas de homicidios en Brasil, y en nuestro estudio, el consumo de otras drogas, solas o mezcladas con alcohol, también fue frecuente en este grupo”, ha sido Andreuccetti.
Un desglose por etnicidad muestra que la mitad de las víctimas, el 50,3 por ciento, eran blancas, y el resto, un 49,7 por ciento eran mestizas, negras o clasificadas en otra categoría étnica.
El estudio también ha hallado que el 60,5 por ciento de las muertes examinadas tuvo lugar entre las seis de la tarde y las seis de la mañana, lo que quiere decir que más personas mueren violentamente por la noche que por el día en São Paulo.