La proliferación de narcotráfico en la frontera con Brasil confirma el fracaso de la legalización de la marihuana. El gobierno ha creado un equipo especial del Ministerio del Interior y la Fiscalía para enfrentar la creciente violencia sangrienta en Chuy, Minas y San Carlos entre dos bandas rivales que se disputan el control del tráfico de marihuana, pasta base y cocaína desde Brasil.
Estas acciones coinciden con el reconocimiento oficial de que no se ha logrado el objetivo del control legal sobre la marihuana. Apenas el 15% del consumo está concentrado en las vías establecidas por la norma con la que el expresidente José Mujica castigó al país.
Hay 23.161 personas registradas para comprar marihuana en las pocas farmacias que aceptaron venderla. El resto de las 147 mil personas que la consumen en Uruguay se surten en el mercado negro de los narcotraficantes.
Además de las plantas autorizadas, hay 8.418 cultivadores privados registrados y 90 clubes de consumidores. Los cultivadores tienen permiso para hasta seis plantas. Como el control estatal es imposible nada obsta a que se excedan y se incorporen al mercado ilícito. Previamente un estudio reveló que el año pasado aumentó el consumo global de marihuana en todo el país, incluyendo los adolescentes.
Estos factores confirman el error de Mujica al creer que la marihuana legal reemplazaría el consumo de drogas más perniciosas. Ha alentado la delincuencia derivada del narcotráfico.
El presidente Tabaré Vázquez se pronunció hace tiempo contra el consumo de marihuana pero nada ha hecho para eliminar la legalización. Ahora su gobierno enfrenta el fiasco de la marihuana legal y la amenaza de bandas que luchan por el mercado ilícito en la frontera con Brasil y en barrios periféricos de Montevideo. Combatirla eficazmente va de la mano con el reconocimiento del fiasco y la eliminación del plan de drogas de Mujica.
Fuente: El Observador
