Empezaron a beber en el colegio buscando los efectos más eufóricos que les provocaba la bebida: la deshinibición, la extroversión y la seguridad que en muchos casos les faltaba. El alcohol se convirtió en su mejor aliado para relacionarse, hasta provocarles una dependencia diaria con la que fueron desarrollando un serio problema de alcoholismo. Tuvieron que caer en lo más bajo para animarse a pedir ayuda, dejar la bebida y tratar de salir a flote con una vida sin alcohol. Ahora saben que, cuando al fin lo consigan, tendrán que mantenerse siempre en estado de alerta porque en su caso, caer en la tentación de nuevo, significa volver de forma…