Expertos coinciden en la necesidad de que los padres pongan límites claros a los chicos. ¿Gratificar o frustrar? He ahí una controvertida cuestión que atraviesa a sucesivas generaciones de padres. «Un buen padre es capaz de gratificar y frustrar», dictamina Miri Keren, psiquiatra infantil de la Universidad de Tel Aviv, Israel, en su visita a la ciudad de Buenos Aires para participar del Congreso Latinoamericano de Primera Infancia. Pero admite que la vertiente de la frustración es la más fallida. «Durante años en Israel se sostuvo la tendencia a gratificar a los niños, sin decirles que no para evitar el llanto. Y hoy vemos que cuando cumplen dos años…