Adicciones

Un negocio que mueve más de un millón de dólares por mes


El paco es una droga barata, pero el negocio que hay detrás de ella mueve más de un millón de dólares por mes.

Según los registros contables secuestrados en el marco de la megacausa a cargo del Juez Federal Sergio Torres, entre el paco y su producto más refinado (el clorhidrato de cocaína) la organización del peruano Marco Estrada Gonzáles (alias “Marcos”) maneja 150.000 pesos por día . La razón: a la villa 1-11-14 del Bajo Flores –territorio de Marcos– acuden tanto los adictos como los dealers de otros barrios. Allí la venta se hace por menor y mayor.

El flujo de paco es tal que, en septiembre de 2009, durante un allanamiento en uno de los sectores más calientes de la villa, se le secuestró a uno de los detenidos más de mil pesos en billetes de dos pesos. El sospechoso dijo que los estaba guardando por el programa Justo a Tiempo, conducido por Julián Weich, en el cual se sorteaban premios de acuerdo a la numeración de los billetes. La verdadera razón era otra: la dosis de paco cuesta entre 7 y 10 pesos y el pago se suele hacer en billetes de baja denominación.

Barato, superadictivo y más fácil y económico para producir que el clorhidrato de cocaína, el paco apareció en la Argentina, no por casualidad, durante la crisis económica del 2001 . Ya cumplió 10 años y su consumo no se detiene.
“En el 2001 los médicos de guardia comenzaron a atender pacientes afectados por intoxicaciones agudas con alteraciones graves en el sistema nervioso central que no se correspondían con la sobredosis de cocaína. Era el paco, que había hecho su aparición. Aunque no fue tan simple descubrir de qué estaba compuesta esta droga”, explicó Edda Villaamil, titular de la cátedra de Toxicología y Química Lefal de la facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.

En la Facultad de Farmacia funciona el CENATOXA, el laboratorio que, por un convenio firmado con la Jefatura de Gabinete de la Nación, está encargado de analizar 100 muestras de paco para determinar qué es exactamente.Los resultados extraídos de la quinta parte de ese total revelaron que se trata de pasta base de cocaína o “cocaína base”.

Cada dosis tiene una ínfima parte del alcaloide de la cocaína (un producto menos refinado que el clorhidrato). En algunos casos el paco esta mezclado o cortado con cafeína –entre un 20 y un 30 por ciento–, para aumentar su potencia. Pero en general, su composición no varía.
“Si bien es una droga que al adicto le cuesta mucho menos que la cocaína (la relación aproximada es de 10 a 1), la dependencia que genera hace que la persona termine gastando mas dinero para satisfacerse.Se han visto adictos que fuman hasta 30 pipas de paco por noche”, explicó a ClarínVillaamil.

A este factor –atractivo para los narcos– se suma otro de igual o mayor importancia. El paco se convierte en clorhidrato de cocaína luego de un proceso de “cocina” querequiere tener acceso a precursores químicos cada vez mas regulados , como el permanganato de potasio y el ácido clorhídrico. (ver infografía). Así, la producción de paco es infinitamente más sencilla a nivel logística, menos peligrosa a nivel policial y, según los expertos, igualmente redituable.

El único mercado que parece cerrado al paco es el de la exportación, y también por un factor económico.A los narcotraficantes no les conviene enviar paco a Europa porque no rinde lo mismo.Un kilo de paco es mucho más barato puesto en el mercado que un kilo de clorhidrato de cocaína, y los problemas para enviarlos son los mismos.

Por eso, Villaamil define esta droga como un producto circunscripto a la región:“paco” en Argentina; “pasta base” en Uruguay y “bazuco” en Colombia aunque en cuanto a este último –cuya aparición es mucho mas antigua– no existe una total certeza de que sea exactamente el mismo producto.

Como negocio, el paco es un producto perfecto.Dentro del cuerpo humano, es un veneno que mata rápido. “Ya al año de un consumo crónico el deterioro del adicto es importante”, informa Villaamil. El sólo relato de lo que siente la persona cuando prende una pipa de paco (hecha, por ejemplo, con antenas de autos) pone los pelos de punta.
El efecto es inmediato: entre 8 y 40 segundos después de fumar la dosis se sienten sus efectos, que son mucho mas potentes que los que se logran aspirando cocaína. Rápidamente sobreviene la euforia, todo está bien, se siente un gran alivio.

Pero estas sensaciones duran muy poco (3 o 4 minutos) y dan paso a una profunda depresión, mucha angustia y a una necesidad imparable de volver a fumar.

No esta claro que lo hace tan adictivo.Una hipótesis apunta a la combustión y el calor como la razón principal. Atrapado, al paquero lo único que le importa es conseguir la próxima dosis, como sea.
Los adictos crónicos suben y bajan mientras su cerebro, sus pulmones, su vida, se destruyen.
Fuente: www.clarin.com

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