TIPOS DE DROGAS
La dependencia a las drogas deriva de una compleja interrelación entre la personalidad del individuo, la situación social y el efecto de la sustancia elegida.
Existen diferentes criterios para clasificar a las drogas.
A partir de la clasificación de la OMS podemos hablar de tres grandes grupos: estimulantes, depresores y alucinógenos.
A partir de la clasificación de la OMS podemos hablar de tres grandes grupos: estimulantes, depresores y alucinógenos.
Son estimulantes las anfetaminas, la cocaína, el éxtasis, entre otras. Estas drogas alteran el estado mental y estimulan el cerebro y el sistema nervioso central. El efecto que producen es el de aumentar y acelerar la actividad funcional. La forma de administración es variada; puede ser mediante ingestión, inyectada por vía intravenosa o aspirada por mucosas nasales. Los depresores son los tranquilizantes (benzodiacepinas), los hipnóticos (barbitúricos y alcoholes), los analgésicos narcóticos (codeína, morfina, heroína, metadona y otros), los anestésicos (éter, cloroformo y otros) y los disolventes inhalantes (acetona, tolueno y otros). Estas sustancias inducen al sueño y a relajar el sistema nervioso y deprimen o disminuyen la actividad corporal. La administración puede realizarse fumandolas o por vía intravenosa u oral.
Dentro del grupo de los alucinógenos podemos incluir al LSD , el peyote, la mezcalina, el PCP, y los cannabis: hachís, aceite de hash y marihuana. Estas drogas provocan en el individuo una alienación pasajera de la actividad psíquica, con distorsiones
perceptuales y desplazamiento de la imaginación. Producen delirios, alucinaciones y estados de confusión y des personalización.
perceptuales y desplazamiento de la imaginación. Producen delirios, alucinaciones y estados de confusión y des personalización.
Clasificar una droga como blanda, en contraposición a otras que serían duras, puede generar la ilusión de que existen drogas inofensivas, lo cual es una falacia. Esta clasificación data de los años ‘70 cuando ingenuamente se creía en la escasa peligrosidad de la marihuana, condición que fue claramente demostrada en los ‘80 y ‘90 con los avances de la ciencia. Clasificar las drogas como legales o ilegales resulta por demás subjetivo ya que se trata de una variable que depende de factores culturales, económicos e incluso políticos, y el hecho de que sean legales no las hace menos inocuas que las ilegales.