En la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) están preocupados. Su líder, Gerardo Martínez, sostiene que existen “carteles en las grandes obras”. Mientras tanto, Antonio Caló, jefe de la CGT afirma que “la drogadicción es el peor flagelo que tiene el país”. El tema está instalado.
Entre el Estado, empresarios y sindicalistas se comienzan a formar acuerdos para frenar el avance del consumo de droga en el ámbito laboral. Los convenios con el Ministerio de Trabajo tendrán como primeros resultados la creación de programas de prevención y capacitación dirigidos a delegados sindicales, empleados con personal a cargo, trabajadores de las áreas de recursos humanos, seguridad e higiene medicinal laboral.
Un informe del Ministerio de Trabajo arrojó resultados lapidarios. Los días lunes, el ausentismo laboral se dispara hasta llegar a más del 20% producto del consumo de drogas, alcohol o casos de automedicación. Lucía García Blanco, coordinadora de Políticas de Prevención de Adicciones y del Consumo de Sustancias Psicotrópicas y Drogas con Impacto en el Mundo del Trabajo, explica que “La prevención es clave y sirve para evitar problemas a futuro. Las adicciones suponen violencia laboral, ausentismo y accidentes, a veces de mucha gravedad”.
Paralelamente, la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) selló el año pasado diferentes convenios con varios gremios con el objetivo de capacitar a delegados, médicos y personal sanitario de la obra social para prevenir y asistir en adicciones en ámbitos laborales. En aquella ocasión, el representante de la Sedronar fue Julio Postiglioni, subsecretario de Control de Sustancias Psicoactivas y declaró la intención de “trabajar en capacitación preventiva para que no haya más adictos y para que los que ya son adictos no se transformen en violentos y se puedan recuperar y reinsertarse socialmente. Si no vamos a las distintas organizaciones y a la comunidad, no tenemos posibilidad de empezar a solucionar el problema”.
El jefe dela UOCRA añadió en declaraciones a La Nación que “el flagelo de las adicciones afecta de manera transversal a la sociedad sin distinguir clases sociales y el mundo del trabajo no es ajeno a esta problemática. Desde la UOCRA fuimos el primer sindicato en firmar un convenio de colaboración mutua con la Sedronar”. La abogada y psicóloga García Alonso agrega que el problema de la venta y el consumo de drogas en el trabajo no es propio de la construcción: “pasa en todas las actividades. Hay puestos de ventas dentro de las fábricas o en trabajos más administrativos. La verdad es que esas personas van al trabajo porque realmente les interesa otro trabajo: vender droga”.
Fuente: La Nación