Una investigación realizada por Institutos de Salud de la Universidad de Columbia (EE.UU) y la Universidad París Descartes (Francia) aportó datos sobre el uso de fármacos estimulantes y tranquilizantes sin prescripción médica en liceales de Uruguay, Chile y Argentina: aumentó su consumo y es más frecuente en mujeres que en hombres.
La investigación, liderada por Alexander Perlmutter y titulada “Diferencias de género en el uso de tranquilizantes y estimulantes sin prescripción médica entre estudiantes secundarios de Argentina, Chile y Uruguay”, se publicó en la revista científica Drug and Alcohol Dependence.
Perlmutter, en diálogo con La Diaria de Uruguay, advirtió que “En América Latina, el uso de medicamentos recetados (tranquilizantes y estimulantes) presenta serias amenazas potenciales para la salud pública, y de incrementarse la prevalencia, preocupa una posible epidemia de drogas del tipo estadounidense con alta mortalidad y costo económico”.
Por su parte, el “Reporte sobre uso de drogas en las Américas” publicado por Hynes y citado en esta investigación, arroja cifras preocupantes: en Uruguay la prevalencia en adolescentes del uso de tranquilizantes sin prescripción médica es del 3,1 %. Para entender la magnitud del fenómeno hay que tener en cuenta que el promedio en Estados Unidos, donde la adicción a los analgésicos opiáceos sin receta es un tema de salud importante, es del 3%.
Con respecto a las diferencias de género, en nuestro país se usaron datos de 32.371 adolescentes de aproximadamente 15 años, encuestados entre 2007 y 2016. Los datos determinaron que en el último año el promedio de uso de tranquilizantes sin prescripción médica fue mayor en mujeres (5,4%) que en varones (2,9%).
Alexander Perlmutter dijo a La Diaria que no pueden determinar las razones de este incremento en el uso de tranquilizantes sin prescripción ni tampoco porqué es mayor en el género femenino. Pero sí dio una posible explicación: “Una razón principal para la alta prevalencia del uso de tranquilizantes sin prescripción entre las adolescentes puede ser la de los altos niveles de uso indicado para los trastornos afectivos y del sueño en la población general de adolescentes y mujeres, en parte porque estos trastornos se diagnostican más en las niñas”.
El investigador también se refirió al alto uso de psicofármacos entre los adultos en Chile y Uruguay y que esto podía influir en el consumo de los adolescentes. Si alguien en el hogar usa tranquilizantes, los adolescentes serán más propensos a consumirlos.