Adicciones

Falta de concentración, trastornos del sueño o ansiedad: consecuencias de la tecnoadicción entre los jóvenes

Falta de concentración, trastornos del sueño, nerviosismo o ansiedad son algunas de las consecuencias psicológicas derivadas del tecnoestrés, síndrome que causa la utilización de tecnologías de forma extrema y que afecta mayoritariamente a los jóvenes.

El tecnoestrés, aunque no es una enfermedad en sí misma, sí tiene efectos y síntomas en el cuerpo. Para los jóvenes  es un problema sentirse  excluido tecnológicamente. Las nuevas tecnologías como el celular, la tablet y las redes sociales se están revelando como una nueva fuente de estrés, hasta el punto de que en el caso de los jóvenes entre 18 y 34 años el porcentaje se eleva casi al 30%.

Es necesario distinguir dos tipos de tecnoestrés: la tecnoansiedad y la tecnoadicción. En el primero, la persona experimenta altos niveles de activación fisiológica no placentera, pudiendo desarrollar fatiga física por exposición a la tecnología como dolores de cabeza, cervicalgia, cansancio mental o incluso fobia al uso de estas herramientas.

En cambio, en el caso de la tecnoadicción, existe un incontrolable impulso a utilizar las tecnologías en todo momento y en todo lugar,  durante largos períodos de tiempo, o incluso la necesidad de adquirir las últimas novedades que salen al mercado, siendo este tipo de estrés el que los adolescentes son más propicios a padecer.

Generalmente, los jóvenes al estar hiperconectados en el mundo virtual, se aíslan del entorno real y reducen las relaciones sociales cara a cara, perdiendo la capacidad de generar verdaderos vínculos; además, realizan múltiples tareas de forma simultánea y  esto genera tal dispersión en la atención que puede llegar a provocar trastornos de la concentración y memoria. No es extraño que dicha dependencia pueda llevarles a sacrificar horas de sueño y a interferir de forma importante en su funcionamiento diario.

Existen casos extremos donde el tecnoestrés puede incluso, desencadenar cambios de humor y  alteraciones de conducta al imponer reglas y restricciones en el uso de estos aparatos, dando lugar a una importante frustración o desesperación cuando no se tiene a  mano un dispositivo para conectarse a la red.

La realidad es que vivimos en la era de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y debemos adaptarnos a ello, siendo conscientes de todas las ventajas que ha supuesto la revolución tecnológica para la sociedad pero sin olvidar que la utilización inadecuada también puede tener ciertos riesgos psicosociales para el individuo. La clave es convivir con las nuevas tecnologías de una manera saludable.

Debemos tener claro que la incidencia de las tecnoadicciones afecta a todo el conjunto de la sociedad y debe prevenirse desde edades tempranas. Para ello, es indispensable contar con recursos formativos y material pedagógico que pueda servir de guía tanto para familias como para centros escolares.

La solución no es odiar la tecnología, sino hacer un buen uso de ella y esa es la tarea principal de los educadores y las familias desde edades tempranas. Establecer tiempos de uso de los dispositivos y fomentar otro tipo de actividades, tanto en casa como en los entornos sociales de los jóvenes, es clave.

Aconsejamos limitar el horario de juego o de conexión de internet a un período determinado en el día o a días concretos, fomentar actividades que no requieran obligatoriamente del uso de herramientas tecnológicas y reservar tiempo a la semana sin tecnología para fomentar la comunicación y las relaciones personales. 

Por otra parte, no se debe olvidar que los padres son el ejemplo a seguir de los hijos. Es difícil inculcarles hábitos saludables en el uso de las nuevas tecnologías si no los observan en sus progenitores, por tanto, hay que predicar con el ejemplo. Por último, si cree que se ha perdido el control sobre la situación, o bien se ha identificado el problema demasiado tarde, sería conveniente consultar con un especialista.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *