Los fabricantes de tabaco utilizan demasiado azúcar y aromas para suavizar el gusto de sus productos y atraer al público más joven y a las mujeres, denuncia un estudio del Comité Nacional francés contra el Tabaquismo (CNTC) difundido hoy por los medios galos.
«Como resultado, lo que está prohibido en los cigarrillos puede estar autorizado en otros», lamentan esas dos organizaciones, según las cuales se ha encontrado una cantidad de azúcar cercana al 10 por ciento en el tabaco de liar y edulcorantes en el papel de fumar».
La cifra resulta más llamativa porque según sus datos el 7 por ciento de los estudiantes se lían sus cigarrillos y el consumo del tabaco de liar ha pasado de 5.000 a 7.000 toneladas en los últimos veinte años.
«Los cigarrillos finos han emprendido además, no sin cierto éxito, una ofensiva de seducción de cara a las mujeres cargándose de aromas de vainilla. Nuestros análisis han descubierto en algunos productos cantidades diez veces superiores a las autorizadas en los cigarros», alertan los responsables del estudio.
La revista y el CNCT exigen por ello que la reglamentación se aplique no sólo de manera estricta, sino que afecte a todos los productos del tabaco, y solicitan igualmente que se prohíban el resto de aromas ahora autorizados, algo que ya se ha puesto en práctica en Canadá.
Para contrarrestar la ofensiva de la industria del tabaco hacia las mujeres y los menores, se pide también que el etiquetado sea más transparente, porque no puede ser, según indican, «que en la actualidad un consumidor esté mejor informado de la composición de un yogur que de la de un producto tan nocivo como el tabaco».