Adicciones

Ketamina, potencial de dependencia psicológica

Ketamina

Anestésico veterinario como droga de abuso

 
Los farmacéuticos de la provincia de Barcelona han detectado que la demanda de ketamina como droga de abuso se ha duplicado en los últimos meses entre los másjóvenes. Los adolescentes intentan utilizar este anestésico de uso veterinario, que no se puede dispensar en los establecimientos farmacéuticos, para drogarse y probar nuevas sensaciones.
 
La administración de ketamina puede llegar a provocar convulsiones, parálisis,náuseas, paradas respiratorias y muerte. Este anestésico, que habitualmente se utiliza para sedar a caballos y gatos, actúa como psicodélico y es especialmente peligroso combinado con determinados ansiolíticos, anti asmáticos y antidepresivos y también si se consume con sustancias como el éxtasis, la cocaína, los opiáceos o el speed, advierten.
 
Origen
 
En 1965 los laboratorios Parke & Davis lanzan la ketamina como agente anestésico bajo los nombres comerciales de Ketalin®, Ketalar® y Ketina® para uso humano y de Ketaset® para uso veterinario.
 
Denominaciones
 
La ketamina, también recibe el nombre de K o vitamina K.
 
Efectos psicológicos y fisiológicos
 
Los efectos comienzan en un par de minutos y duran menos de una hora. Cierto individuo que se administró 80 mg por vía intravenosa describió su experiencia a la revista High Times en los siguientes términos:
 
El viaje comienza con una sensación de agradable calor en todo el cuerpo. Pronto siento que estoy flotando. Todo brilla en la habitación. Las sábanas parecen de seda, luego de arena, luego de agua. Luego empiezo a ver escenarios alucinantes con los ojos cerrados. En cierto momento mi brazo izquierdo se convierte en un tronco y el derecho en un inmenso árbol. Mi cuerpo se encoge. Luego ya no tengo cuerpo. Nada de lo que sucede me importa o molesta. Pienso que debe desaparecer la ciudad de Los Ángeles. Sería divertido. Después de los 45 minutos empiezo a volverme otra vez coherente, una entidad unida en algún punto del espacio. Veo borroso, pero logro levantarme al baño a hacer pipí. Siento que he regresado de un universo que no es el que dejé hace 45 minutos. A lo mejor estoy en un paralelo. Llamo a mi novia para ver si existe, porque si no tendré que inyectarme K de nuevo para ver si regreso de nuevo a mi universo. Ella contesta y descanso. (6)
 
A nivel fisiológico, la ketamina en dosis bajas aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y sanguínea, disminuyendo levemente la frecuencia respiratoria. En dosis altas suele provocar náuseas y vómito. No se han reportado problemas serios derivados de su uso constante.
 
Potencial de dependencia
 
Su uso continuo durante más de tres semanas ocasiona tolerancia. Aunque no produce dependencia física, tiene un leve potencial para crear dependencia psicológica.
 
Sobredosificación
 
Las intoxicaciones agudas con ketamina provocan depresión respiratoria, en cuyo caso se recomienda utilizar asistencia respiratoria mientras cede el efecto del anestésico. Esto hace necesario acudir a un hospital inmediatamente.
 
ANECDÓTICO
 
¿Su hijo en K?
 
En la revista Time, un artículo publicado en octubre pregunta a los padres: “Is your kid on K?” (“¿Su hijo anda en K?”) El artículo reporta la alarma de las autoridades de Florida por el uso de ketamina entre los adolescentes que asisten a las fiestas rave. El psicoactivo se expende en las calles estadounidenses bajo el nombre de K. Los vendedores lo adquieren en forma líquida de los veterinarios y mediante algún procedimiento (usualmente elevando su temperatura), logran secarlo y convertir los residuos en polvo que los jóvenes aspiran. Según asegura el autor del artículo: “K causa alucinaciones porque bloquea mensajeros químicos en el cerebro que transmiten información sensorial; el cerebro llena el vacío resultante con visiones, sueños, recuerdos, lo que sea.” (4) El zar antidrogas Barry McCaffrey añadió la K a la lista de “drogas emergentes” en 1995.
 
Los   X-Files y los Chemical Brothers  inducen al uso  de  K  según  Times El autor del mencionado artículo de la revista Times atribuye la popularidad de la droga a que en uno de los episodios de la serie televisiva X-Files (Expedientes Secretos X), el agente Fox Mulder es drogado con ketamina en un intento por recobrar recuerdos perdidos. También compromete al grupo de música electrónica Chemical Brothers,
por haber grabado una canción llamada “Lost in the K-Hole” (Perdido en el Hoyo-K). Este término se utiliza para denominar un mal viaje o una sobredosis de ketamina en polvo.
 
Karl James, un investigador londinense, asegura que una sobredosis reproduce la reacción química cerebral de una experiencia cercana a la muerte; pero a pesar de ello, la ketamina no suele causar muertes por sobredosis debido a que no deprime ni el sistema respiratorio ni el sistema circulatorio que son las principales causas de muerte por sobredosis en otro tipo de drogas. 

Debido a ello, el gobierno británico considera que la ketamina no es una
droga peligrosa y sus efectos no son severos. La industria farmacéutica apoya tanto a los Republicanos como a los Demócratas.
 
El Senador estadounidense Joseph Biden descubrió públicamente qué tan delicada es la política en torno a las drogas cuando en 1996 propuso que se controlara la ketamina y el hipnótico comercializado como Rohypnol®. La iniciativa murió aplastada bajo las presiones de la industria farmacéutica. Según denuncia el senador: «La industria, cuyos comités de acción política donaron el año pasado (1996) $2.1 millones de dólares a los candidatos republicanos y $1.7 millones a los demócratas, no quieren que el gobierno de los Estados Unidos ponga estas sustancias en las listas de sustancias controladas (el Rohypnol® ya está en la lista IV, pero se pedía que se cambiara a la II).» (4) En el caso de la ketamina, ni Parke-Davis, que desarrolló la droga para uso humano Ketalar®, ni los laboratorios Fort Dodge que fabrican el Ketaset® para uso veterinario, se opusieron públicamente a la iniciativa de someterlas a control internacional, pero los sufragantes de la industria en el Congreso sí se opusieron.
 

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