Durante el confinamiento se ha detectado mayores niveles de ansiedad y conductas más agresivas en jóvenes, que han asumido más riesgos para conseguir sustancias.
La pandemia ha agravado las crisis de ansiedad entre los pacientes con adicciones. Además, los jóvenes han asumido conductas más temerarias, saltándose el confinamiento para poder consumir droga, y en los domicilios se ha incrementado la agresividad, que en muchos casos ha derivado en situaciones incontroladas.
Si bien el consumo de sustancias psicoactivas ha tendido mínimamente hacia la reducción o cese durante los meses de marzo a junio, en ese mismo periodo, se ha visto un aumento en el consumo tecnológico.
Un estudio reciente sobre el uso de internet, videojuegos y juego con dinero online durante la pandemia, muestra un aumento tanto en la frecuencia de uso de videojuegos como en la frecuencia de uso de internet.
Durante el periodo de confinamiento han comenzado a usar videojuegos el 21,2% de las personas encuestadas. Respecto a internet, el 68,9% declara haber aumentado su uso. Aunque los números son realmente alarmantes, aún muchos no consideran el exceso de videojuegos o las nuevas tecnologías como una adicción.
La adicción a los videojuegos es un problema recurrente en los jóvenes de todo el mundo. Los padres deben conocer el juego que utiliza su hijo y con quiénes lo hace. Es sumamente necesario que los padres puedan marcarle límites y horarios de uso a sus hijos.
El excesivo tiempo frente a la pantalla hace que los niños y/o adolescentes pierdan la noción del tiempo, por tanto, la falta de sueño debido a su entretenimiento y la carencia de nutrientes ante la ausencia de una rutina sana, generan una dependencia de este mal hábito.
