Las medidas de los gobiernos de todo el mundo para frenar la pandemia de Covid-19, basadas en el confinamiento de la población, han llevado a la interrupción generalizada de las rutas de tráfico de drogas ilegales, principalmente por aire y tierra, lo que ha provocado una reducción de su consumo entre la población y, por otro lado, el aumento de los precios.
Según un nuevo informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) se considera que, a corto plazo, la crisis de Covid-19 puede conducir a una disminución general en el consumo de drogas.
A largo plazo, sin embargo, la recesión económica causada por la crisis del Covid-19 podría conducir a una transformación duradera de los patrones de consumo de drogas, siendo una oportunidad para poblaciones ya vulnerables y podría agravar uso nocivo de drogas entre la población.
Cambios en el consumo
Por otro lado, algunos usuarios de drogas han estado cambiando sustancias, por ejemplo, han pasado de consumir heroína a opioides sintéticos, y se observa que cada vez más tratan de acceder al tratamiento de fármacos. Así, se ha observado un aumento en los productos farmacéuticos, como las benzodiacepinas, que también ha duplicado sus precios en algunas áreas.
El estudio proyecta una disminución general en el consumo de drogas recreativas, ya que su consumo está relacionado sobre todo con lugares públicos y eventos como clubes nocturnos, bares y conciertos que están actualmente cerrados. En la mayor parte de los casos se ha sustituido por drogas más fáciles de conseguir, como el alcohol.
Sin embargo, en otros casos, sobre todo entre los consumidores de heroína, su escasez ha llevado aumentar los usuarios de drogas intravenosas, con el problema de que la falta de suministros les lleva además a compartir las jeringuillas, pese al riesgo del VIH, la hepatitis C y el propio Covid-19.
Motivo de su escasez y aumento de precio
Debido a que las drogas sintéticas, como la metanfetamina, tienden a ser traficadas a través de los continentes por vía aérea, las restricciones de viajes aéreos y las cancelaciones de vuelos están afectando drásticamente la carga ilegal. La cocaína, por otro lado, es traficada principalmente por mar y continúa siendo detectada en los puertos europeos durante la pandemia, según el informe.
Mientras tanto, las incautaciones de opiáceos en el Océano Índico ilustran que el impacto de la pandemia en el lucrativo negocio de la heroína, que es principalmente contrabandeado por tierra, lo empuja hacia el tráfico a lo largo de las rutas marítimas.
La producción de drogas
La producción de cocaína parece estar bloqueada en Colombia, ya que los productores sufren de escasez de gasolina. Mientras que en Bolivia, el Covid-19 está limitando la capacidad de las autoridades estatales para controlar el cultivo de arbusto de coca, lo que podría conducir a un aumento en la producción de la misma. En Perú, sin embargo, una caída en el precio de la cocaína sugiere una reducción en las oportunidades de tráfico.
Esto puede desalentar el cultivo de la planta de coca a corto plazo, aunque la crisis económica inminente puede llevar a más agricultores a dedicarse al cultivo de coca en todos los principales países productores de cocaína.