Adicciones

Crece y preocupa la venta de drogas por Internet en el país

La ONU lo advirtió en un informe sobre consumo a nivel mundial. En la Argentina es el tercer delito virtual, después de la pedofilia y la pornografía infantil. Dicen que faltan recursos para combatirlo. La oferta es ilimitada y la Policía no la puede controlar.

Lo advirtió esta semana la ONU en un informe internacional sobre consumo de drogas. A través de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dijo que los jóvenes son blanco, cada vez con mayor frecuencia, de las redes de tráfico de medicamentos ilícitos. Y agregó que varias páginas, foros y redes sociales se están convirtiendo en canales para que los consumidores accedan a comprar diferentes tipos de drogas, desde marihuana hasta pastillas y drogas de diseño.

En la Argentina, la policía y expertos en seguridad informática reconocen el problema y aseguran que se intenta combatirlo, pero que es muy difícil de controlar.

Por un lado no hay recursos suficientes y además la oferta de los sitios crece mucho más rápido que lo que las leyes de Internet (todavía en discusión en términos de jurisdicción y privacidad) son capaces de fiscalizar.

“Muchos gobiernos –dijo la ONU– no tienen leyes ni recursos para controlar las farmacias ilegales que operan en la web y venden drogas psicoactivas. Algunos propusieron que se reforzara el control de los servicios de correo y mensajería, aunque por el flujo de correo sería imposible”. A nivel local, el ANMAT emitió en agosto del año pasado una recomendación en la que pide “no adquirir medicamentos por Internet y otras vías ilegítimas de comercialización”.

“En Internet podés comprar de todo: cosas robadas, piedras preciosas, fósiles. Y también droga”, reconoce una fuente policial. “Es muy complejo detectar al vendedor, porque además puede ir cambiando su identidad y la dirección IP. Es como un fantasma, aunque todavía la entrega se hace casi siempre por delivery” (ver “Última escala…” ).

“En la mayoría de los sitios de Internet, las conversaciones y los chats están cifrados. O sea que nadie puede verlo. Ni la policía. Pero además la infraestructura de la mayoría de las policías del mundo tampoco alcanzaría para leer todas las conversaciones que se dan en la web”, explica Cristian Borghello, director de Segu-Info, un sitio sobre seguridad informática.

Según pudo averiguar Clarín, el principal objetivo de las investigaciones que se hacen en la división “Delitos Informáticos” apunta a redes de pedofilia y pornografía infantil, y en tercer lugar a este delito. “Cuando hay pocos recursos, es lógico que se ocupen de los delitos más graves”, dicen los expertos.

Ricardo Azcorbe, presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), reconoció a Clarín que están “muy preocupados” por el tema. “La venta de medicamentos falsificados y adulterados por Internet está manejada por grupos mafiosos que antes se dedicaban a las drogas pesadas y hacen con esto un negocio multimillonario –denuncia Azcorbe–.

Compran bases de datos de miles de correos electrónicos y mandan mensajes masivos ofreciendo diferentes drogas. Luego el consumidor o el adicto hace el pedido, paga con tarjeta de crédito y a los pocos días lo recibe por correo”.

Maximiliano Derecho, asesor legal del Programa Nacional de Control de Mercado de Medicamentos y Productos Médicos de ANMAT, confirmó a Clarín que estas modalidades de compra y envío se utilizan en la Argentina y añadió que además se detectan casos de venta ilegal a través de sitios de subastas. “Las drogas ilegales se venden en páginas web que se presentan como farmacias online”.

La página Pills4party, cuyo nombre se traduce como “pastillas para fiestas” , dice vender sustancias “a base de hierbas naturales” que emulan los efectos de drogas ilegales como cocaína, éxtasis y anfetamina. “Son drogas que están al límite de lo legal –explica Carlos Damín, jefe de Toxicología del Hospital Fernández–. Son estimulantes del sistema nervioso y el problema es que combinadas entre sí o con alcohol pueden ser muy peligrosas”.

“La venta de sustancias en Internet continúa, y parece que han ampliado sus medios de actuación”, insiste la ONU. La mira ya está puesta en las redes sociales, aunque da la impresión de que, por ahora, el único límite es el que quiera poner cada usuario frente a su computadora.

Por Diego Geddes

Diario Clarín

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