Adicciones

Trastornos alimenticios, ¿cuáles son las señales para identificarlos?

Aunque por desgracia un trastorno alimenticio puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente que surja en la adolescencia. Una vez está establecido el trastorno es relativamente ‘fácil’ llegar a un diagnóstico, sin embargo, hay ciertos signos de alarma que se pueden ir instaurando lentamente y que pueden poner en alerta a las familias de que algo está ocurriendo.


Entre estos signos de alarma podrían encontrarse los cambios bruscos en la forma de comer, se puede comer menos, así como una obsesión por el peso y por el tipo de alimentación. En las chicas, a veces tempranamente, suelen aparecer también trastornos en la regla.


En estos casos lo ideal es consultar con un experto lo antes posible, y evitar desde el principio poner etiquetas de que se tiene una enfermedad. Se debe aconsejar a la persona, que le preocupa alimentarse adecuadamente, así como mantener un buen peso. Hay que asesorarse para lograr un peso ideal sin hacer ninguna agresión al cuerpo y a la mente. Es muy efectiva esta manera de trabajar si se lleva adelante desde el principio. Cuando ha pasado tiempo es cada vez más difícil superar el trastorno, y se llega a la desnutrición.


Los trastornos

La anorexia es un trastorno de la alimentación que se caracteriza por el peso corporal anormalmente bajo. Para las personas que la padecen es muy importante controlar su peso y su figura corporal, y hacen todo tipo de sacrificios que suelen interferir en su vida de forma significativa.


Cuando se desarrolla bulimia las jóvenes no suelen cambiar de peso porque se atiborran de comida, pero sí cambian su conducta. Tratan de comer en grupo y luego clandestinamente les surge la ansiedad, y se dan el atracón. Los padres pueden notar en la cama restos de comida, o que en la nevera faltan cosas. Es más frecuente en chicas esta enfermedad.


La vigorexia, este trastorno que comparte con la anorexia y con la bulimia esa obsesión con el peso y con la comida, pero que en este caso se empieza a practicar deporte todos los días y muchas veces hasta la extenuación, sucede más frecuentemente en chicos, aunque también suele darse en chicas.


Otra de las características que presentan las personas con un trastorno alimenticio es que se interesan por que siempre los demás coman, mientras que ellos no comen o hacen trampas para esconder la comida.
Emocionalmente también representa un trastorno muy serio, que en las fases iniciales se puede trabajar y paliar desde el punto de vista psicológico, nutricional y hormonal.


Se cura un 30% de estas personas. Otro 30-40% presenta una cronicidad leve, pueden tener una vida normal, y se agrava coincidiendo con momentos puntuales en la vida. Del resto, 30% enferma durante muchos años y necesita soporte nutricional toda la vida. Hay un 1-2% de mortalidad entre los trastornos alimentarios.


Principales signos de alarma

Estos son los principales signos de alarma, a tener en cuenta:
En relación con la alimentación:

• Utilización injustificada de dietas restrictivas.

• Estado de preocupación constante, que puede llegar a la obsesión por todo lo que esté relacionado con la alimentación.

• Interés exagerado por recetas de cocina, dietas, tablas de calorías, entre otras.

• Preferencia por no comer en compañía.

• Interés por cocinar para los demás y hábito de encontrar excusas para no comer.

• Sentimiento de culpabilidad por haber comido.

• Comportamiento alimentario extraño (comer de pie, desmenuzar la comida en trozos muy pequeños, jugar, esconderlo, etc.).

• Levantarse de la mesa y encerrarse en el baño después de cada comida.
En relación con el peso:

• Pérdida de peso injustificada o detención del aumento.

• Miedo y rechazo exagerados con respecto al sobrepeso.

• Práctica del vómito autoinducido o del ayuno y utilización de laxantes o diuréticos con el objetivo de controlar el peso o perderlo.
En relación con la imagen corporal:

• Percepción errónea de tener un cuerpo graso

• Intentos de esconder el cuerpo con la utilización de ropa ancha, evitando el bañador, por ejemplo.
En relación con el ejercicio físico:

• Hacer ejercicio en exceso y mostrar nerviosismo si no se hace.

• Utilización del ejercicio para adelgazar.
En relación con el comportamiento:

• Insatisfacción personal constante, estado depresivo e irritable, con cambios de humor frecuentes.

• Disminución de las relaciones sociales, con tendencia al aislamiento.

• Aumento aparente de las horas de estudio y dificultad de concentración.

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