Aunque los comestibles se ven comúnmente como una alternativa menos dañina que el cannabis fumado o vaporizado, existen varios riesgos relacionados con su ingesta (los mismos no lo usamos). Así lo afirma una investigación llevada a cabo en la Universidad de Toronto, Canadá.
El uso del cannabis en comestibles, tarda entre media a cuatro horas más en producir efectos notables que el cannabis inhalado, lo que puede aumentar el riesgo de consumo excesivo. Con efectos que duran hasta 8 horas, los comestibles también pueden provocar un período de deterioro más prolongado en comparación con el cannabis inhalado.
El informe encontró que los jóvenes creen que los comestibles de cannabis tienen efectos positivos sobre el sueño, el estado de ánimo y la ansiedad, lo que en realidad va en contra de lo que indica la evidencia.
El consumo excesivo accidental y efectos retardados, pueden ocasionar consecuencias en cuanto a el potencial de interacciones con otras sustancias como el alcohol, benzodiacepinas, somníferos y opioides.